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Historia

La escuela pictórica de Pollença

El paisaje de la Serra de Tramuntana no es solo un activo turístico de Mallorca. También es una fuente privilegiada de inspiración artística –en la medida en la que el arte pueda ser fruto de la inspiración. Pintores de todas las nacionalidades se han instalado en los pueblos de la Serra de Tramuntana cautivados por su misterio y su belleza. Ya a principios del siglo XX diversos pintores modernistas catalanes se sintieron atraídos por el poderoso encanto de estos paisajes. Uno de los primeros fue Hermen Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871- Port de Pollença, 1959), que fijó su residencia en Pollença a partir de 1914, después de algunos años de trabajo intenso y éxito en París. Con Anglada-Camarasa vino también su discípulo aventajado, el pintor argentino Tito Cittadini (Buenos Aires, 1886- Pollença, 1960). Juntos crearon la llamada "Escola de Pollença", grupo al que se añadió el pintor de Pollença Dionís Bennàssar (Pollença, 1904-1967).

Hermen Anglada-Camarasa conocía, de su época de contactos con los pintores de Els Quatre Gats de Barcelona, a Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861- Aranjuez, 1931) y a Joaquim Mir (Barcelona, 1873- 1940). Ambos habían viajado a Mallorca a finales del siglo XX y se habían fascinado con la Serra de Tramuntana. El primer viaje de Rusiñol a Mallorca fue en 1893. Desde aquel primer contacto, fueron frecuentes por sus estancias en la isla: Rusiñol, entre otros lugares, se alojó en Pollença, en la Cala de Sant Vicenç, en Valldemossa o en el barrio del Terreno en Palma. Joaquim Mir acompañó a Rusiñol en Mallorca en 1899 y e impactó tanto que decidió vivir en Sa Calobra hasta 1903, año en que sufrió una crisis nerviosa y se trasladó a un instituto psiquiátrico de Reus. En 1902 Rusiñol y Mir recibieron el encargo de decorar con unos plafones el edificio modernista del Gran Hotel de Palma, proyectado por el arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner. Como modelo de estos plafones se escogieron diferentes paisajes de la Serra de Tramuntana: vistas de Pollença, de la Cala de Sant Vicenç, del Castell del Rei, etc. La relación entre los dos pintores fue muy tensa, debido, sobre todo, al carácter difícil de Joaquim Mir, artista solitario, vehemente y arisco, que, de hecho, ya había tenido problemas un año antes con los habitantes de las cercanías de Sa Calobra, por rivalidades en relación con una mujer. Le quemaron un cuadro y tuvo que huir a la montaña, donde se escondió durante algunos días.

La cordillera del Cavall Bernat separa la Cala de Sant Vicenç de Cala Bóquer. Arriba del todo se encuentra el Forat Gran © Foto: Gabriel Lacomba
La cordillera del Cavall Bernat separa la Cala de Sant Vicenç de Cala Bóquer. Arriba del todo se encuentra el Forat Gran © Foto: Gabriel Lacomba

Con una estética personal pero influida por su maestro, Cittadini lideró junto con Anglada-Camarasa la Escola de de Pollença

A lo largo de su estancia en Mallorca, Anglada-Camarasa salía a las afueras de Pollença para dibujar y fotografiar pequeños rincones, huertos, construcciones rústicas, las formas espectaculares de los árboles o las cuevas naturales que inspiraron casi toda su obra a partir de 1914. También empezó a hacer salidas en barca para observar el fondo marino con un visor de cristal, lo que le permitió pintar una serie de cuadros de peces, plantas submarinas y las formas caprichosas de las rocas. Durante la Guerra Civil huyó y se refugió en el monasterio de Montserrat. Después de algunos años de exilio, en 1947 volvió a Mallorca, donde vivió hasta su muerte. El grueso más importante de su obra se localiza hoy en día en el CaixaForum de Palma, en el edificio del Gran Hotel.

La popularidad de Anglada-Camarasa durante su estancia en París entre 1894 y 1914 le permitió tener muchos discípulos, entre los que destaca el argentino Tito Cittadini, hijo de un periodista italiano emigrado. Cittadini acompañó a Anglada en su traslado a Pollença. Con una estética personal pero influida por su maestro, Cittadini lideró junto con Anglada-Camarasa la Escola de Pollença, aunque el argentino siempre se mostró en desacuerdo con esta denominación. Buena parte de su obra se dedica a retratar paisajes, personajes y costumbres de la isla.

El tercer pintor tradicionalmente relacionado con la Escola de Pollença fue Dionís Bennàssar, de Pollença. Más joven que sus maestros y amigos, Cittadini y Anglada-Camarasa, Bennàssar también consagró buena parte de su obra a pintar paisajes rurales, marinas, escenas costumbristas, aunque además cultivó una temática más personal: escenas mitológicas, caricaturas, retratos, etc. Personaje muy popular en Pollença, animó las tertulias del bar Juma hasta su prematura muerte. Buena parte de su obra se encuentra hoy en día en la Casa Museu Dionís Bennàssar, donde el pintor residió la mitad de su vida.

 

Texto de Jordi Martí

Traducción de Maria Gené Gil

Sabías que...

Sa Fortalesa, situada en la punta de L'Avançada, en la bahía de Pollença, fue construida en el año 1628. El proyecto del fortín se decidió después del ataque de los sarracenos, capitaneados por el pirata Dragut, al Port de Pollença en 1550. A mediados del siglo XIX los militares abandonaron el lugar. El pintor argentino Roberto Ramaugé compró la punta de L'Avançada en 1919. Le añadió edificios para los invitados, creó magníficos jardines rodeados de pinos, una escalinata que llega al mar y miradores.

Ramaugé convirtió Sa Fortalesa en un lugar de peregrinaje de artistas, poetas y músicos: Anglada-Camarasa, Rusiñol, Tito Cittadini, Joaquim Mir, Andrés Segovia y Adán Dile se alojaron allí en diferentes ocasiones. En los años veinte se celebraron fiestas a las que asistían personajes vestidos de etiqueta, que sorprendían a los pescadores del Port de Pollença por su lujoso aspecto.

Bibliografía

Es numerosa la bibliografía dedicada a Hermen Anglada-Camarasa. Cabe destacar los dos libros de Francesc Fontbona y Francesc Miralles Anglada-Camarasa (Polígrafa, Barcelona, 1981) y Anglada-Camarasa. Dibujos. Catálogo razonado (Mediterrània, Barcelona, 2006). Además, es remarcable el catálogo de la exposición permanente de Anglada-Camarasa en el CaixaForum de Palma titulado El món d'Anglada-Camarasa (Palma, 2006).

Sobre Tito Cittadini, cabe destacar sobre todo el libro de Catalina Cantarellas Assaig per a una recuperació crítica del pintor Tito Cittadini (1886-1960), editado por el Ayuntamiento de Palma y el Museu de Mallorca el 1983. También hay información valiosa en el libro de Francisca Lladó, Pintores argentinos en Mallorca (1900-1939), Palma (2006).

Sobre Joaquim Mir hay referencias en la Guia del Museu Nacional d'Art de Catalunya, coordinada por Montserrat Gumà, Barcelona (2004).

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